¿Qué son?
Los arándanos son unas bayas que crecen del pequeño arbusto homónimo y pertenecen a la familia de las Ericáceas, género Vaccinium, que está formado por una docena de plantas que producen bayas de color oscuro, azuladas o rojizas.
La planta varía de altura según la especie, alcanzando hasta un metro. Tiene un largo tallo lleno de ramas, y hojas de forma ovalada, alternas, nervadas y de color verdoso o amarillentas. Las flores son pequeñas, de cinco pétalos blancos o más a menudo rosados y crecen en racimos colgantes de 6 a 10 flores. El fruto es una baya redondeada de unos 6 mm de diámetro, de color negro azulado o rojo según la especie. La piel es tersa y su pulpa jugosa y algo ácida. En la parte superior, esta fruta tiene una pequeña corona que la diferencia de la grosella negra.
Las variedades más comunes son los arándanos azules y los arándanos rojos y dentro de cada uno se pueden distinguir varios tipos en función de su época de maduración.
Arándanos azules: Los arándanos azules o negros son los más comunes en Europa. Se caracterizan por la capa cerosa que los cubre. También se les conoce como blueberry.
Arándanos rojos: Los arándanos rojos también son conocidos con el nombre de cranberry. Son un poco más grandes que los azules, la piel es brillante y el sabor más agrio.
Los arándanos son bayas conocidas por sus innumerables propiedades nutricionales y son un excelente y sabroso ingrediente en la cocina.
Historia y origen
El arándano es una planta antigua de origen desconocido, que crece de forma espontánea en el norte de Asia, América y Europa. Se puede encontrar en sotobosques de montaña y también se puede ver en estado silvestre en márgenes de caminos o torrenteras.
Se dice que los arándanos salvajes eran parte importante de la dieta de la fauna nativa norteamericana, muchas veces alimento de osos y de múltiples especies de pájaros. En Europa, el arándano no era familiar, su consumo no fue sino hasta 1800, donde comenzaron a descubrirlo como fruta.
Los principales productores son Estados Unidos, Canadá, Chile, China, Polonia, Perú, México, España, Argentina y Marruecos.
Usos en la cocina
Los arándanos se consumen principalmente en mermeladas, tartas o pasteles. Sin embargo también son apropiados en platos salados como ensaladas verdes con quesos frescos, en salsas barbacoas picantes, en rellenos de cerdos o aves y en la preparación de salsas para acompañamiento de carnes.
Como fruta cruda, se pueden agregar a ensaladas de frutas, a cereales o en la preparación de zumos.
Los arándanos están disponibles en muchas formas, secos, congelados y frescos.
Las bayas frescas están disponibles en la mayoría de las principales tiendas de comestibles en la sección de productos agrícolas.
Selecciona arándanos que estén completamente azules, sin tinte rojo. Los arándanos deben estar maduros cuando se compran, ya que no continúan madurando después de cosechados. Evita las bayas blandas, acuosas o mohosas.
Los arándanos secos se encuentran a menudo con las pasas y otras frutas secas. Los arándanos congelados se encuentran en los pasillos de frutas congeladas.
Cómo conservar los arándanos
Los arándanos son altamente perecederos, así que trata de usarlos lo antes posible. Mantén las bayas en el refrigerador, en un recipiente rígido cubierto con una envoltura transparente, de esta forma podrán durar hasta dos semanas. El agua acelera su deterioro, así que no los laves antes de refrigerarlos.
Los arándanos son excelentes para la congelación. Después de descongelarlos, solo estarán un poco menos brillantes y jugosos que en su estado original. No los laves antes de congelarlos, ya que el agua hará que la piel se endurezca.
Propiedades y beneficios
Dada la presencia de vitaminas como la A, C y especialmente las vitaminas B1, B2 y B3 así como sales minerales, como calcio, fósforo, sodio y potasio, el arándano tiene propiedades antioxidantes favorables que le permiten prevenir los radicales libres.
Las bayas de arándano además contienen azúcares, taninos y mirtilina, que es la que le da a la fruta su característico color oscuro y ayuda a reducir la penetrabilidad de los capilares, promoviendo el fortalecimiento de los vasos sanguíneos.
Entre otras propiedades encontramos, que ayudan a mejorar la salud cardiovascular, protegen el hígado y existen evidencias de que mejoran el deterioro cognitivo y la memoria. También contienen una sustancia bactericida que puede proteger de infecciones urinarias y digestivas. Tienen escaso aporte de hidratos de carbono y son una fuente de fibra.
Valores nutricionales x 100 gr.
- Energía 57kcal
- Carbohidratos 14.49g
- Azúcares 9.96g
- Fibra alimentaria 2.4g
- Grasas 0.33g
- Proteínas 0.74g
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