¿Qué es?
El kiwi es el fruto de la planta Actinidia chinensis, familia Actinidiacee. La planta es una una liana trepadora semileñosa que pueden alcanzar los 10 metros de altura, caracterizada por ramas muy largas y delgadas. Sus hojas son alternas con forma oval o de corazón, que cuando son jóvenes están cubiertas de vello rojizo, y cuando son adultas no tienen vello y son de color verde oscuro en la parte de arriba y blanquecinas en el envés. Las flores de 5 o pétalos, miden entre 2 y 5 cm, de color blanco cuando se abren, tornándose luego amarillas.
Esta planta es una especie dioica, es decir, de sexos separados. La planta femenina es la productora de los frutos.
El fruto de tamaño similar a un huevo, puede parecer desagradable a primera vista, pero debajo de ese exterior marrón peludo, se encuentra la pulpa de color verde, con semillas pequeñísimas, negras y dispuestas en un patrón radial alrededor de la fruta y con un sabor dulce y ligeramente ácido.
Existen otras variedades como el kiwi dorado, con frutos de tamaño similar a la variedad verde, pero de pulpa amarilla y piel lisa y suave, con un sabor ligeramente más dulce y menos ácido. También hay otras variedades como el kiwi con pulpa roja y cáscara de color ladrillo y los mini kiwis del tamaño de uvas, llamados kiwis berry.
El kiwi generalmente se come crudo, en ensaladas de frutas, jugos, conservas, tortas de frutas y mermeladas.
Aunque no es particularmente caro, los kiwis tienen un precio más alto que las frutas más comunes como las manzanas y los plátanos.
Historia y origen
El origen del kiwi se encuentra en China, aunque comúnmente se le asocie con Nueva Zelanda.
Se exportó por primera vez desde Asia a principios de la década de 1900 como enredadera ornamental, perfecta para pérgolas, llegó a Estados Unidos en 1904 y a Nueva Zelanda un par de años después, siendo estos quienes reconocieron su potencial, comenzando a cultivarla con fines comerciales. El nombre kiwi le fue otorgado en Nueva Zelanda, posiblemente por una remota similitud con el ave kiwi.
El mayor productor de esta fruta es China, seguida de Italia, Nueva Zelanda y Chile.
Propiedades y beneficios
El componente mayoritario del kiwi es el agua, es rico en fibra y también tiene sodio, hierro, calcio, fósforo, magnesio y vitaminas A, E, B1, B2, B3. También contiene una concentración proporcionalmente alta de vitamina C, más del doble que la de una naranja, y casi tanto potasio como los plátanos.
Aunque la mayoría de los consumidores los pelan, la piel es comestible y una poderosa fuente de antioxidantes.
Por su alto contenido de vitamina C puede reforzar el sistema inmunológico, además de ser diurético y refrescante. También previene problemas circulatorios relacionados con el embarazo y promueve la eliminación del colesterol del cuerpo.
Gracias a la presencia de una enzima llamada actinidia, el kiwi también es un valioso aliado para prevenir la fatiga crónica y la depresión, los trastornos del sistema digestivo y los calambres.
Algunos ingredientes activos del kiwi se utilizan ampliamente en la cosmética moderna.
Valores nutricionales (x 100 gr)
- Energía 52 kcal
- Carbohidratos 10,6 g
- Fibra 1,9 g
- Grasas 0,5 g
- Proteínas 1,1 g
- Agua 85,9 g
Usos en la cocina
Los kiwis se pueden utilizar de muchas formas, pueden formar parte de tu ensalada de frutas, o colocarlos encima de tartas, o hacer puré y bebidas.
También puedes usarlos en preparaciones saladas, combinados con verduras, especialmente con espinacas, calabacines y pimientos, para en la preparación de deliciosas ensaladas.
La forma más sencilla de comer kiwi es cortarlo por la mitad y sacar la pulpa deslizando una cucharita entre la piel y la pulpa, luego puedes cortar en rodajas o cubitos. Sin embargo, la piel de la fruta también se puede comer, siempre que esté bien lavada.
El kiwi contiene una enzima llamada actinidina que degrada las proteínas, por lo que esta fruta se utiliza para ablandar la carnes antes de cocinarlas y así reducir el tiempo de cocción, frotando la pulpa de la fruta.
A la hora de comprar kiwis, elige ejemplares intactos, firmes y sin manchas, debes descartar los que están muy blandos o dañados porque tienen menos sabor o sabor extraño. Para comprobar si está maduro, presiona suavemente con el pulgar. Si la fruta cede ligeramente, está madura.
Puedes encontrar kiwis durante todo el año gracias a que se cultivan en los hemisferios norte y sur.
Los kiwis se suelen vender sin madurar, para una mejor conservación, por lo que hay que madurarlos después de la compra, esperando unos días antes de consumirlos.
Se conservarán hasta por 1 semana si los almacenas a temperatura ambiente, en un lugar fresco, eso sí, lejos de las frutas productoras de etileno, a menos que desees que se maduren rápidamente. Si los guardas en el frigorífico durarán mas tiempo, también se prestan bien a la congelación, pero hay que cortarlos en rodajas y no dejarlos enteros y cubrirlos con un poco de almíbar preparado con agua y azúcar.