¿Qué es?
El lichi o lychee (Litchi chinensis), también llamado uva o cereza de China, es el fruto de una planta de la familia Sapindaceae, la única especie del género Litchi.
El árbol de hoja perenne, alcanza los 10-20 metros, la corteza es de color gris-negra y las ramas marrón-rojizas. Las hojas compuestas miden entre 10 y 25 cm de largo, y a veces más. Las flores pequeñas surgen en una inflorescencia terminal, brotando muchas panículas en la cosecha del año.
Los lichis crecen en racimos que pueden contener de 2 hasta 20 frutos que pueden alcanzar los 5 centímetros de largo y 4 de ancho, tienen una forma de ovalada a redonda y están recubiertos de una piel grumosa, no comestible, de color rojo fresa cuando está madura. La pulpa es blanca, brillante, jugosa y fragante, algunos dicen que sabe como un cruce entre una fresa y una sandía, y otros dicen que a una mezcla de cítricos con notas florales, debido al aroma fuerte y dulce de la fruta. En su interior hay una gran semilla parecida a la de los nísperos.
Existen más de 50 variedades de lichis, cuyas características pueden variar según las zonas y suelos de cultivo. Hay frutos con forma redonda, otros tienen forma ovoide y otros tienen forma de corazón; también varían en el color de la cáscara, el olor, el sabor, el color de la pulpa y el tamaño y forma del núcleo interno.
La fruta generalmente se come fresca, pero también se puede enlatar o secar.
Historia y origen
Esta fruta exótica es originaria de China. Ha sido una de las frutas favoritas de los cantoneses desde la antigüedad. Registros no oficiales en China hacen referencia al lichi desde el año 2000 a. C.
Con el tiempo, los árboles de lichi se naturalizaron en todo el sudeste asiático, especialmente en Malasia, Camboya, Tailandia, India y Taiwán. Los lichis también se introdujeron en las Indias Occidentales en 1775 y se cultivaron en invernaderos en Inglaterra y Francia a principios del siglo XIX. En 1873, los lichis se plantaron en Hawái y finalmente se llevaron a Florida en 1883 como una especie de fruta exótica.
Además de China, los lichis también se cultivan en Tailandia, Vietnam, Japón, Bangladesh y el norte de la India, Brasil, Florida y otras regiones subtropicales del mundo.
Hay muchas historias sobre el uso de la fruta. Se dice que el lichi era la fruta favorita de la concubina del emperador Li Longji de la dinastía Tang, para lo cual habría utilizado unos mensajeros imperiales a caballo, cuya tarea era traer los frutos desde el sur de China (único lugar donde crecía) a la corte, todos los días.
Usos en la cocina
Para disfrutar plenamente del sabor, la fruta se puede comer fresca sola, es refrescante y deliciosa, aunque también es excelente en ensaladas de frutas, añadida a cócteles, salsas, postres y sorbetes.
El lichi combina bien con frutas tropicales como plátano, coco, mango, maracuyá y piña. Cuando se usa de manera similar a las fresas, el lichi también es una adición interesante a las ensaladas verdes.
Además de los platos frescos y cocidos, las frutas también se enlatan en almíbar para un uso prolongado durante todo el año.
Aunque la piel exterior parece correosa y resistente, puedes quitarla solo con los dedos, esto te revelará el interior blanco con un brillo brillante y una textura firme, similar a una uva.
Para pelar un lichi maduro, sostén la fruta con los dedos, perfora la piel exterior y retírala como si fuera una naranja, debe desprenderse fácilmente, luego con cuidado corta por la mitad para revelar el hueso o la semilla. Separa las dos mitades de la fruta; la semilla saldrá con bastante facilidad. Se cuidadoso porque es una fruta delicada, y trabaja sobre un tazón para capturar cualquier jugo que caiga. Desecha la semilla, solo la pulpa blanca es comestible.
Compra y almacenamiento
A menos que vivas en un sitio donde se cultive, encontrar lichi fresco puede ser difícil; de lo contrario visita un mercado asiático local o compra lichi enlatado.
Los mejores lichis tienen una cáscara roja muy brillante, algo que debes observar a la hora de comprarlos, y no deben tener imperfecciones ni puntos blandos. También debes verificar la madurez presionando suavemente la piel, debe ceder un poco. Si la piel está agrietada, segrega líquido o huele a fermentado, el lichi ya se ha echado a perder.
Es importante almacenarlo adecuadamente, dado que el lichi fermenta a medida que envejece. Envuelve la fruta en una toalla de papel y colócala en una bolsa plástica perforada con cierre hermético, podrás mantenerla en el refrigerador hasta por una semana. Es normal que el caparazón adquiera un color más oscuro con el tiempo.
Para un almacenamiento más prolongado, lo puedes congelar, sencillamente coloca la fruta en una bolsa con cierre hermético, elimina el exceso de aire y guarda en el congelador. La piel puede decolorar un poco, pero la fruta del interior seguirá siendo sabrosa.
Propiedades y beneficios
El lichi contiene más vitamina C que los cítricos; 10 lichis al día cubren el requerimiento diario de esta vitamina.
Son bajos en grasas saturadas, en sodio y completamente libres de colesterol. Los lichis tienen una cantidad moderada de polifenoles, aunque mayor que muchas otras frutas analizadas.
Las frutas también proporcionan potasio que equilibran los niveles de líquidos dentro del cuerpo, cobre para desarrollar tejidos conectivos, fibra para regular el tracto digestivo y otros nutrientes, incluidas las vitaminas B, la rutina y la epicatequina.
La presencia de importantes minerales como el potasio y el magnesio son útiles para fortalecer y tonificar el corazón y el sistema circulatorio. Finalmente, gracias a sus propiedades, el lichi también puede ayudar a disminuir el porcentaje de azúcar en la sangre, factor muy útil para quienes padecen diabetes.
En la medicina tradicional china, los lichis se consumen para reducir los síntomas asociados con los resfriados.
Las semillas contienen las toxinas hipoglicina A y metilenociclopropilglicina, que inhiben la síntesis de glucosa y pueden causar hipoglucemia aguda. El consumo de esta fruta se ha relacionado con la encefalopatía hipoglucémica y la muerte de varios niños en India, Bangladesh y Vietnam. Estas toxinas están más concentradas en frutas verdes y sus efectos parecen agravarse en niños desnutridos o cuando se consumen después de un período de ayuno.
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