Para preparar las costillas hay que quitar la fina piel transparente que recubre la parte posterior, así las especias podrán penetrar mejor. Tal vez te parezca complicado pero vale la pena. Así que enjuaga las costillas y seca con toallas de papel. Ahora retira la piel levantando en una esquina y despegando lentamente hasta que esté completamente eliminada.
Mezcla en un tazón pequeño las especias.
Coloca las costillas en un bol o bandeja y frota la mezcla seca por todas partes, que queden bien cubiertas. Cubre y deja marinar de 4 a 8 horas en la nevera o preferiblemente durante la noche.
Después de todas esas horas de marinado, las costillas están listas para entrar al horno.
Deja que las costillas alcancen la temperatura ambiente mientras precalentamos el horno a 225 ° F (107 ° C).
Coloca las costillas con la carne hacia abajo en la bandeja de hornear forrada con papel de aluminio y cubre con otra lamina de papel aluminio, cerrando bien los bordes. Hornea entre 2 ½ a 3 horas. Coloca la alarma del temporizador y deja al horno hacer su trabajo.
Mientras tanto, prepara la salsa barbacoa. Mezcla los ingredientes en una olla pequeña y calienta a fuego medio, revolviendo hasta que la salsa espese y pueda adherirse al dorso de una cuchara. Deja enfriar.
Hacia el final del horneado, retira el papel de aluminio y comprueba con un cuchillo que la carne se pueda desprender fácilmente del hueso. Si ya están listas, retira los jugos que se han acumulado y cubre las costillas de punta a punta y de lado a lado con la salsa barbacoa, dejando las costillas esta vez con la carne hacia arriba. Regrésalas al horno hasta que la salsa barbacoa se caramelice ligeramente, unos 15 o 20 minutos. Retira del horno y unta con la salsa restante.
Deja reposar unos 5 minutos, corta entre las costillas con un cuchillo afilado para separar y servir.
Ahora a disfrutar estas deliciosas costillas