En primer lugar, esteriliza los frascos de vidrio.
Lava cuidadosamente las ciruelas con agua corriente, quita el hueso y corta en trozos pequeños.
Coloca las ciruelas en una cacerola o sartén profunda, añade el azúcar y el jugo de limón y cocina a fuego lento, revolviendo de vez en cuando para evitar que se pegue al fondo.
Cocina hasta que espese, que tenga una consistencia suave, pero no líquida, tomará alrededor de una hora.
Para comprobar la cocción haz esta prueba: vierte una cucharadita de mermelada en un platillo y déjala enfriar. Luego Inclina el platillo, si la mermelada se mantiene firme y no se desliza, está lista, de lo contrario, cocina durante unos minutos y vuelve a probar.
Cuando tenga la consistencia deseada, vierte la mermelada aún caliente en los frascos esterilizados, llenando hasta 1 cm del borde, cierra con su tapa. Voltea los frascos y deja enfriar boca abajo, para ayudar a la formación del vacío.
Deja enfriar completamente antes de disfrutarla.