Corta el pollo en cubos de 2 cm. Pica el ajo y el jengibre menudamente. Pica los pimientos en pequeños cuadritos de 2 cm. Quita los extremos a los chiles secos y pica finamente. Pica los cebollinos en rodajitas.
En un tazón mediano vierte el jengibre, el ajo, la maicena, la salsa de soja, 1 cucharadita de vino de arroz, 1 cucharadita de azúcar, 1/2 cucharadita de sal y 1 cucharadita de agua fría y mezcla bien. Añade el pollo, revuelve bien para que todos los sabores se integren. Cubre con film y deja marinar en el refrigerador por 30 minutos.
En un envase pequeño, añade el caldo, el vinagre, la salsa de soja oscura, el aceite de sésamo, la cucharadita de azúcar restante ¼ de cucharadita de sal, la cucharada de vino de arroz, mezcla y reserva.
Una vez cumplido el tiempo de marinado, saca del refrigerador y calienta un wok o una sartén de 30 cm a fuego alto. Agrega dos cucharadas de aceite y los trozos de pollo marinados, remueve constantemente y cocina durante unos 3 minutos, de modo que el pollo esté ligeramente dorado pero no cocido. Retira y reserva.
Añade las dos cucharadas de aceite restante al wok o sartén, los chiles y la pimienta de Sichuan triturada y saltea ligeramente por unos 15 segundos, que no se quemen. Agrega los pimientos y sofríe por 3 minutos o hasta que comiencen a ablandarse.
Regresa el pollo al wok, agrega la mezcla de caldo. Mezcla bien y saltea durante 5 minutos. Añade los cacahuetes. los cebollinos y saltea durante 30 segundos o hasta que las cebolletas estén de color verde brillante.
Listo para degustar.