Lava bien las patatas sin pelar con agua corriente, usa un cepillo para eliminar cualquier rastro de tierra.
Coloca las papas en una bandeja, rocía con aceite de oliva, espolvorea con sal gruesa, cubre con papel aluminio y lleva al horno precalentado a 180º por 30 minutos o hasta que estén suaves.
Una vez las papas estén cocidas, saca del horno, retira el papel de aluminio y aplasta cada papa con la mano o con el fondo de un vaso para que se abran ligeramente. Mantén en el horno mientras se cocina el pescado.
Ahora unta bien el bacalao con aceite de oliva y coloca con la piel hacia abajo en una plancha o parrilla ligeramente engrasada y muy caliente, casi que humee.
Deja cocinar unos 5 -10 minutos (depende del grosor de los lomos) dando la vuelta para que se cocine y dore por ambos lados. El punto de asado depende del gusto, yo lo prefiero jugoso.
Mientras tanto calienta un buen chorro de aceite de oliva a fuego lento y dora ligeramente el ajo. Retira del fuego y agrega el perejil.
Cuando tengas el bacalao al punto, retira y coloca en una fuente. Acompaña con las patatas chafadas y rocía todo con el aceite de oliva con ajo y perejil.