El día anterior a la preparación debes lavar las judías y ponerlas en un recipiente con agua y un poco de sal, dejándolas en remojo unas 10-12 horas (toda la noche).
Al día siguiente escurre, lava y retira cualquier judía que veas estropeada.
En una cacerola grande, añade las judías y después agua que las cubra un par de dedos por encima. A fuego alto lleva a ebullición, retira la espuma que pueda salir y añade la hoja de laurel y los chorizos, tapa, baja a fuego medio y cocina por 1 hora.
Mientras tanto pela y corta finamente el ajo. Limpia y corta en pequeños cuadritos la cebolla y los pimientos.
Ahora prepara el sofrito. Calienta en una sartén el aceite de oliva, añade el ajo, la cebolla y los pimientos, una pizca de sal y sofríe a fuego medio suave durante unos 4 minutos. Añade el pimentón dulce, removiendo para que no se queme y se integre. Deja cocinar 1 minuto más.
Retira los chorizos, corta en rodajas gruesas y devuelve a la cacerola.
Agrega el sofrito, la sal, la pimienta y remueve con suavidad. Continúa cocinando hasta que las judías estén tiernas, unos 20-30 minutos minutos aproximadamente.
Si en el transcurso de la cocción ves que se están quedando sin caldo, añade la cantidad de agua templada necesaria.
Revisa y prueba para saber qué tan blando está el grano. Si es necesario deja cocinar unos minutos más. Todo puede depender de la calidad del grano e incluso de la cocina, algunas son muy potentes.
Cuando estén listas, apaga el fuego y deja reposar unos 10 minutos.
Sirve en plato hondo y disfruta de este exquisito y reconfortante plato. ¡Así de fácil!