Si decidiste usar bacalao salado, el día anterior lo debes lavar muy bien para retirar el exceso de sal y colocar en un recipiente hondo con abundante agua. Reserva en el refrigerador y cambia el agua por lo menos 4 veces.
Precalienta el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.
Pela y lamina los dientes de ajo. Lava, pela y corta las patatas, en rodajas no muy gruesas.
En una fuente refractaria coloca las rodajas de patatas, sazona con sal y pimienta, rocía con suficiente aceite de oliva y añade 2 dientes de ajo triturados ligeramente. Hornea 30 minutos a 180°, removiendo a media cocción para que se cuezan uniformemente.
Mientras tanto, saca los trozos de bacalao del agua y seca cuidadosamente con papel de cocina. Calienta una plancha o sartén, engrasa ligeramente con aceite de oliva virgen extra, y marca solo por el bacalao de la piel para que quede dorada.
Cuando las patatas ya estén en su punto y con un ligero tono dorado, coloca sobre ellas el pescado con la piel hacia arriba y lleva al horno nuevamente, en pocos minutos 10-15 aproximadamente, estará listo.
Aprovecha mientras se cocina el bacalao y haz el sofrito de ajo. En una sartén caliente añade 5 cucharadas de aceite de oliva y sofríe a fuego medio suave los ajos laminados hasta que se doren ligeramente (si te gusta el picante añade una guindilla). Riega este aceite sobre el bacalao.
Sirve caliente en una fuente o en cada plato colocando el bacalao sobre las patatas.