Vierte los garbanzos y las habas en tazones separados con suficiente agua y agrega 1 cucharadita de bicarbonato en cada tazón, mezcla y deja en remojo por 24 horas. Enjuaga bien con agua, escurre por completo y sécalos.
En un procesador de alimentos, tritura los garbanzos y las habas, junto a la cebolla, los dientes de ajo, el cilantro y el perejil, la sal, las especias y la cucharadita restante de bicarbonato de sodio, hasta obtener una textura suave pero bastante sólida.
Si es necesario añade aceite de oliva, un chorrito, solo el necesario para unir la mezcla (algunas personas agregan agua). No debe estar demasiado seca, ni demasiado húmeda.
Coloca la mezcla en un tazón grande, cubrelo bien y deja reposar en el refrigerador al menos por 1 hora, o hasta que esté listo para cocinar, será más fácil darles la forma.
Con una cuchara toma porciones de la mezcla y forma pequeñas bolas del tamaño de una pelota de ping pong, aplanalas un poco para formar pequeñas mini hamburguesas, de 1 ½ cm. Presiona ligeramente en un plato con semillas de sésamo.
En una cacerola o sartén profunda vierte suficiente aceite y calienta a fuego medio alto hasta que burbujee suavemente. Fríe hasta que estén dorados en su exterior y bien hechas en el interior. Si es necesario ve probando y ajusta la temperatura y el tiempo de cocción.
Coloca en un plato con toallas de papel para retirar el exceso de aceite.
Sirve caliente con un poco de salsa tahini, o ensalada de tomates, pepinos y menta.