¿Qué es?
La lavanda es una planta semiarbustiva, aromática y ornamental, perteneciente a la familia de las lamiaceae y que contiene más de 40 variedades reconocidas, pero la más utilizada tanto para aceites esenciales como para aplicaciones culinarias, es Lavandula angustifolia o lavanda inglesa.
La planta es muy resistente, necesita mucha luz y sol directo, aunque soporta bien las heladas de invierno. Sus hojas perennes son largas y estrechas, y las flores en forma de espigas las podemos observar en diferentes colores que van desde un pálido púrpura azulado hasta un azul índigo profundo dependiendo de la variedad, algunos cultivos tienen flores rosadas.
Su olor es fuerte y perfumado y la fragancia de las hojas y flores se libera cuando la planta se roza o se aplasta. Su sabor es ligeramente amargo y astringente.
La lavanda es característica en las cocinas del sur de Francia, donde se usa en la famosa mezcla de hierbas francesas Herbes de Provence. Sin embargo no es una especia común fuera de este país.
También llamada espliego o alhucema, esta planta es muy conocida en el campo de la cosmética, de donde extraen sus aceites para agregarlos a jabones, perfumes y repelentes de insectos.
También es una adición hermosa y fragante a los arreglos florales secos.
Las hojas, los tallos y las flores tienen un valor medicinal.
Historia/origen
La lavanda es originaria de la región mediterránea y se distribuyó ampliamente en todo el sur de Europa, desde España hasta el sur de Francia, Italia, Turquía, Grecia y el norte de África. Hoy en día se cultiva en toda Europa, así como en América del Norte y del Sur.
La lavanda, fue bien conocida y utilizada ampliamente por los antiguos egipcios, griegos, romanos y árabes con fines medicinales, de momificación y para baños y jabones perfumados.
El nombre en latín Lavandula proviene de la palabra «lavare», «lavar», que se refiere al uso que le dieron los romanos, utilizándola para perfumar sus baños públicos.
Se decía que a la reina Isabel I le gustaba la conserva de lavanda y también bebía té de lavanda para curar sus migrañas.
En la Inglaterra del siglo XII, las lavanderas la usaban para perfumar las sábanas; también se pensaba que la hierba los mantenía libres de polillas y otros insectos.
Propiedades y beneficios
Los componentes que le dan a esa hierba su aroma único, también proporcionan los beneficios medicinales por los que la planta es conocida. Contiene alcoholes terpénicos (linalol, geraniol y borneol) y sus esteres, entre otras muchas sustancias, responsables de sus propiedades sedantes del sistema nervioso central, antiinfecciosas y bactericidas, además de vitaminas A, C , E y minerales como el calcio y el magnesio.
La lavanda es un remedio eficaz para calmar los nervios, la ansiedad, irritabilidad, insomnio, taquicardia y migrañas. Es un excelente tónico digestivo, ya que ayuda a expulsar los gases y a eliminar los desagradables retortijones. Por su acción calmante, antiséptica y cicatrizante, en uso tópico se aplica en baños y compresas para tratar dolores reumáticos, infecciones cutáneas, heridas, picaduras de insectos, etc. El aceite de lavanda es eficaz en el tratamiento de quemaduras y escaldaduras.
Se puede preparar un té sedante con capullos recién abiertos que ayudarán con cualquier dolor de cabeza. También se usa como una cura para la ronquera y el dolor en las articulaciones. Unas pocas gotas de aceite en el agua del baño alivia, relajará e induce sensaciones de bienestar.
Usos en la cocina
- Esta hierba es muy versátil y la puedes usar tanto en platos dulces como salados, productos horneados, aderezos para ensaladas, mantequillas, helados y sorbetes, sopas y guisos de estilo provenzal.
- El sabor fuerte y complejo de la lavanda le permite desempeñar un papel protagonista en muchos platos franceses. Se usa en pisto, vinagretas y en adobos para carnes como el cordero. También se puede usar en ensaladas y en dulces como mermeladas caseras, jaleas de frutas y en la preparación de helados o natillas.
- Cristaliza flores frescas de lavanda y decora postres, tienen un sabor particularmente delicioso. Puedes usarlas en salsas y adobos o picarlas y mezclarlas con quesos suaves como queso de cabra o crema. Dale a la mantequilla un aroma especial agregando flores frescas trituradas o picadas.
- Coloca las flores secas en un envase con azúcar y mantenlo cerrado durante algunas semanas, crearas un azúcar perfumado de lavanda para usar en pasteles, natillas y galletas de mantequilla.
- Las flores y tallos secos pueden retener su fragancia durante meses. Las flores secas son frágiles y se usan con mayor frecuencia en tés, sales de baño, popurrí y bolsitas. Los tallos secos se pueden usar como brochetas para fruta o como palitos para mezclar en cócteles.
- La lavanda seca puede ser muy potente, así que úsala con moderación, porque puede ser abrumadora. A menudo se usa en combinación con otras hierbas y especias. Combinan bien con la lavanda. fresas, arándanos, peras, limón, naranja, miel, salvia, romero, orégano, tomillo, pimienta negra y chocolate.
- La lavanda fresca se puede conservar hasta por diez días si se mantiene seca y fresca.
- Asegúrate de comprar cogollos de lavanda especialmente marcados para cocinar. Las plantas de lavanda compradas en el vivero local son atractivas, pero pueden estar cargadas de pesticidas y otros productos químicos no deseados. Si tienes la opción, elige las de cultivo orgánico o cultiva las tuyas.